Salimos bien temprano en tren de la bella ciudad de Porto hasta un pueblito llamado Caxarias, allí comenzamos a caminar en dirección sudoeste, como si estuviéramos en un barco. El paisaje es diferente a Galicia, nos encontramos con cientos de olivos argenteos con sus frutos listos para la prensa, acompañados de viñedos e higueras. Es un paisaje típico Mediterráneo muy rural y casi ningún ruido salvo el de los pájaros y la campana de alguna iglesia lejana.
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