Llegamos a la ciudad de Sarria y es de alguna manera una ciudad mítica ya que muchos comienzan el peregrinaje aquí ya que estamos a 115,3 km de Santiago de Compostela. Entre Tricastelo y Sarria sólo hay un bar en un pueblo y lo dejamos pasar pensando que había más. Así qué paramos en una pequeña iglesia a comer nueces, castañas, pimientos y manzanas.
Ahora estamos acostados en el albergue municipal de peregrinos. Afuera llueve como lo hizo todo el día, somos pocos, un chico nórdico toca una cálida melodía con una guitarra pequeña de cuatro cuerdas. Estamos cerca del fuego Todo muy bello.
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